Vínculos y Reflejos. Exposición individual. Galería Casa Crespo, Oaxaca. (2009)
Rueda del Dharma (detalle), 2009
Texto de sala por Fernando Gálvez.
Una placa de metal pulido tiene cualidades de espejo. De forma inconsciente quizá, pero me parece que Gina Iturbe elige este material para desarrollar sus trabajos de esta serie por esa característica especular, pues podríamos decir que el conjunto de trabajos que presenta, conforman un autorretrato espiritual de la artista. Inclinada sobre su propio reflejo, Iturbe utiliza un punzón sobre el metal para trazar la líneas de su vida interna, como una metáfora de la inmersión en sus adentros: rascar para profundizar en imágenes y símbolos que recojan sus visiones íntimas, sus maneras de relacionarse con la naturaleza y el cosmos, con un yo trascendente que se vincula con el todo y no con un yo egolátrico, un yo disuelto en las afinidades. Una vez trazados, incididos en la placa, los signos afloran su materia y color. Cuando una técnica resulta afín a la búsqueda temática, las expresiones se desenvuelven en forma fluida y muchos de los mensajes atinan en manifestar con fuerza lo que el artista necesita expresar.
Florecimiento, 2008 / Collage sobre yeso
Lo vegetal sitúa a Gina en lo terrestre: es ella parada en este planeta, floreciendo en él, en este caso a través del arte. Las lunas, las estrellas y el sol, son metáforas del tiempo, del devenir cósmico que si bien nos rebasa por su inmensidad, también nos vincula con lo universal, pues nos acoge en medio de su magnitud inconmensurable. Cuando la luna baña con su luz plateada la superficie de la tierra y las plantas parecen perder solidez y se hacen luz, brillos ellas mismas, la luna baja a ras de hierba, y los vínculos cósmicos pueden concientizarse, o como hace Gina en su pieza Ying (2009), pueden poetizarse. Saber que somos sueños y sentimientos y astros y corolas, es saber que somos mucho más que un limitado ser que racionaliza todo sin trascender su propio cuerpo. Entonces los miembros corporales se llenan de signos, los mundos oníricos se pueblan de sentido y de mensajes determinantes, y el arte se vuelve una pesca donde los reflejos del ser creador, nos sirven para vernos todos, de alguna forma extraña, como nos miramos también en el espejo de la luna.
Universo Rojo, 2009 / Punta seca y acrílicos sobre aluminio
Tara Verde, 2009 / Punta seca, acrílico y tintas sobre aluminio
Rueda del Dharma, 2009 / Punta seca, acrílico y tintas sobre aluminio
Lúnatica, 2006 / Grabado punta seca intervenido con rodillo directo sobre el papel
Exposición colectiva Oaxaca Estudio, Museo de los Pintores Oaxaqueños (2006)